lunes, 16 de marzo de 2009

Pilatos y los medios de comunicación en Bolivia


Este es un país en donde cualquier persona puede acusar a cualquier otra persona de todo y de nada.

Y sin pruebas.

Y las empresas bolivianas de comunicación de masa son cómplices. Por intereses económicos o intereses políticos.

Cualquier persona puede acercarse a los recintos donde los periódicos tienen sus oficinas, llenar un papelito, pagar y, listo, publicar una acusación.

“Al señor o señora tal, se le ruega cancelar sus cuentas pendientes”.

“El señor tal, no puede vender el terreno o la casa tal, por que su legítima propietaria es la señora…”

Pronto, las acusaciones están consumadas.

¿Y si las personas en cuestión no tuvieren deuda alguna?

¿Y si el tenor de la publicación no fuere verdadero?

No interesa el daño está hecho; el periódico cobra por el aviso y se lava las manos.

En los países civilizados, este tipo de anuncios solo se los puede hacer con orden judicial.

Por el lado político, lo mismo.

Cualquier persona oposicionista o gubernista, puede llamar a una conferencia de prensa y acusar a diestra y siniestra, sin pruebas.

Y la prensa, por falta de profesionalismo o simplemente mala fe, publica las acusaciones sin antes mismo checar si éstas son fundamentadas o no.

Listo, el mal contra el adversario político está consumado.

Pilatos (ilustración) debe estar feliz con tanto homenaje por parte de los medios de comunicación bolivianos.

Urge discutir el papel de los medios y del periodismo en Bolivia.

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