martes, 9 de junio de 2009

QUIEN DICE QUE BOLIVIA Y PERÚ ESTÁN PELEANDO, MIENTE

Los que afirman que las relaciones de Bolivia y Perú están tensas y pasan por sus peores momentos, están rotundamente engañados.

Lo que existe es una pelea ideológica entre gobiernos y no entre las naciones.

El gobierno peruano, más alineado con la derecha de EEUU y su representante más directo, Álvaro Uribe, presidente de Colombia; y el gobierno boliviano, más próximo de Cuba y su más cercano representante, Hugo Chávez, presidente de Venezuela.

De Evo Morales y su gobierno uno entiende, porque, desde el inicio de su actividad política anunció que tenía una propuesta socialista, por lo tanto, todos sabían que él estaría más cercano a Fidel Castro y de todos los gobiernos que tienen diferencias con los norteamericanos, sobre todo, los seguidores del ex presidente George Bush.

Lo que llama la atención es el guiño que Alán García, presidente de Perú, dio a su propuesta de gobierno. Pues todo hacía suponer que, elegido con la sigla de una tienda política cuyo programa es progresista y menos reaccionario, no traicionaría a su partido.

Me refiero al APRA y su líder, Víctor Hugo Haya de la Torre, que en la década de 50 sorprendió al mundo colocando ese partido y su proyecto político, como alternativa de izquierda para Sudamérica.

No es la primera vez que Alán García se muestra contrario a los postulados de su propio partido. Al finalizar su primer gobierno, tuvo que huir del Perú, para no ir a prisión, acusado de corrupción.

Para elegirse nuevamente, ya que era la única alternativa frente a un candidato con el perfil de Evo Morales, Alán García tuvo ayuda millonaria de los hombres de Bush a través de la gente que controla la economía peruana y sudamericana desde hace mucho tiempo.

Con la consigna de que en Perú no se repita la experiencia boliviana, inclusive porque los dos países tienen el mismo origen antropológico, empresarios peruanos, bolivianos, ecuatorianos y colombianos contribuyeron para la elección de García, a quienes, éste, les debe mucho.

Frente a las exigencias diplomáticas internacionales que no permiten interferencias en asuntos internos de los países, los gobiernos de Perú y Bolivia, por medio de terceros, están entablando una lucha ideológica que, en realidad, es el resumen de lo que sucede fuera de sus fronteras.

Nada más que eso. Las relaciones entre peruanos y bolivianos siempre fueron de convivencia pacífica, con excepción del hampa, claro.

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